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sábado, 6 de enero de 2018

PERÚ: Ni estabilidad ni reconciliación

La inestabilidad política y polarización que hoy afecta al Perú no son un “acto de la naturaleza” ni efecto de una economía en crisis. Es la turbulenta expresión de un infame manejo político causado tanto por el (des)gobierno del conocido lobbysta y Traidor a la Patria Pedro Pablo Kuczynski como por la rabiosa oposición de la mafia fujimorista que controla el Congreso, en una patética muestra de incompetencia recíproca. Es mas, estos últimos siguen convencidos ‘que les robaron’ el triunfo en las elecciones pasadas y de allí el resentimiento de Keiko Fujimori ya que fuera de ello, tienen muchos puntos en común tanto en materia política como económica, que podría decirse perfectamente que son ambos lados de una misma moneda. Ambos comparten el desprecio a una sociedad tratada como mera espectadora pero que no acepta quedarse como tal. Como sabéis, el “que se vayan todos” es respaldado ahora por más del 67 % de la población (reciente encuesta de Ipsos) cuando los actuales Gobierno y Congreso llevan menos de año y medio en funciones. Dos son los momentos en los que esta situación se ha expresado y con mucho ruido a lo largo de los últimos días y que sin duda alguna, contribuirán a desgastar más a la actual administración. El primero: el frustrado intento de vacancia a Kuczynski. Aunque la vacancia si procedía - debido a las graves pruebas en su contra que han dejado al descubierto sus conexiones con Odebrecht - solo se salvo mediante una sucia negociación con una parte del fujimorismo para salvar su cabeza, así como de la vergonzosa abstención de una ‘izquierda’ que al blindarlo, resulto ser parte de la corrupción, por lo que seguirá siendo necesario profundizar las investigaciones accediendo a nueva información sensible sobre los nexos entre Kuczysnki y Odebrecht cuando era ministro de economía de Toledo hace poco más de diez años, para volverlo a acusar de corrupción y destituirlo de su cargo. Segundo momento: el indulto a Fujimori, dictado en medio de las celebraciones navideñas. Un alto precio a pagar para salvarse de la cárcel - de momento - en acuerdo con un sector fujimorista liderado por el hijo menor del genocida, quien con el apoyo del padre, pretende apoderarse del movimiento que aun controla su hermana Keiko. El indulto, dictado en nombre de una falsa “reconciliación nacional”, abrió la actual fase de polarización y confrontación, la cual se expresa tanto en el ámbito político como en el jurídico. En cuanto a lo político, lo que es evidente es que el necesario proceso de “reconciliación nacional” tendría que tener bases y contenidos distintos de un negociado indulto a un Fujimori quien no ha sido capaz de pedir perdón por los gravísimos crímenes cometidos durante su Gobierno autoritario. Se ha limitado hipócritamente a lamentar haber “defraudado” a un sector del país mientras fue dictador, dejando en claro “que lo volvería a hacer” y que dicha declaración es simplemente una farsa . Es muy grave que tanto el Gobierno, como el Congreso y el mismo Fujimori no hayan dicho una sola palabra acerca de las decenas de miles de víctimas inocentes asesinados por los temidos escuadrones de la muerte y otras formas de represión ilegal por parte de la policía y las fuerzas armadas durante la sangrienta dictadura del hoy ‘indultado’, quien por cierto, felicito a los asesinos del Grupo Colina, por ejemplo, ascendiéndolos por su ‘trabajo’ realizado. El cuestionamiento jurídico es ya amplio, tanto en lo interno como internacionalmente. Probablemente en ello esté el medular talón de Aquiles de esta medida dictada con escaso rigor. Primero, porque la gravedad de la condición de salud para sustentar el indulto humanitario no queda demostrada y no tiene legitimidad alguna un perdón dictado a partir del informe de una cuestionada junta médica de tres galenos integrada, entre otros, por el médico personal del mismo Fujimori, o sea juez y parte, por lo que dicho indulto deviene en nulo. Pero la medida no queda solo en el indulto. Se incluyó en la misma resolución, bajo el elusivo título de “derecho de gracia”, la decisión de extraer a Fujimori de cualquier proceso penal presente o futuro. Esta ha sido diseñada de manera tan atropellada que lleva consigo una debilidad jurídica tan gruesa que es poco sostenible tanto en el plano interno como en el internacional. De acuerdo a la Constitución (art. 118.21), para aplicar el “derecho de gracia” presidencial tiene que haber transcurrido un tiempo mínimo en la fase de instrucción del proceso penal: al menos el “doble del plazo de la instrucción más su ampliación”. La participación de Fujimori en el proceso por una masacre de seis personas cometidas en Pativilca durante su Gobierno en la que la Fiscalía le atribuye responsabilidad penal se ha iniciado recién hace cinco meses. No se cumple entonces el plazo mínimo constitucional, que sería de 24 meses en un caso complejo como éste, por lo que un juez penal que haga respetar la ley, estaría habilitado para declararlo inaplicable. Internacionalmente, a su vez, la jurisprudencia constante de la Corte Interamericana ha declarado inadmisibles las medidas que impiden la investigación y sanción de quienes cometan graves violaciones a los derechos humanos. Suena perfectamente lógico y predecible que el tribunal interamericano se aboque a tratar este tema para lo cual existe una amplia y sostenida jurisprudencia sobre el deber de investigar y sancionar las graves violaciones a los Derechos Humanos. Llama la atención finalmente que haya aún en las alturas quienes pretendan seguir manejando las cosas como cuando las sociedades eran silentes, las instituciones inoperantes y el derecho inexistente. Kuczynski ha traicionado al país y debe pagar por ello. Las reacciones venidas y por venir nos irán indicando cuánto han cambiado las cosas ya que la indignación por tamaña felonía cometida solo ha comenzado. Y es que con Fujimori no puede haber perdón ni reconciliación posible. A este asesino solo hay que aplicarle la ley, que es muy clara en estos casos ¿Es tan difícil entenderlo? :(

jueves, 4 de enero de 2018

AGUA MINERAL SAN MATEO: Por encima de todo

No hay agua más pura para nuestro consumo que aquella que nació de un proceso de origen natural como el agua mineral San Mateo. ¿Cómo se obtiene y en qué nos beneficia? Todo comienza cuando el agua de lluvia o de nieve empieza a filtrarse lentamente a través de las rocas de las montañas. Desde ahí, se inicia un largo viaje subterráneo en el que va moviéndose por la naturaleza y adquiriendo minerales que la hacen única en su composición. Al llegar al subsuelo, esta agua previamente enriquecida con calcio, magnesio, sodio y potasio permanecerá a salvo de cualquier contaminación tomando la forma de un manantial, hasta ser embotellada directamente en su fuente de origen. Así nace San Mateo, que inició la vida a 3,300 msnm en las montañas peruanas, manteniendo ese sabor único a naturaleza que llega a casa en cada una de sus botellas. Como sabeos, son ampliamente conocidos los beneficios que una buena hidratación tiene en nuestro cuerpo: piel más joven, más energía, mejor digestión, etc. Y también sabemos que necesitamos beber 8 vasos de agua al día para darle lo que necesita. Sin embargo, tomar agua hervida o de mesa no es lo mismo que tomar agua mineral, la cual tiene otras propiedades provechosas para el organismo. Como su nombre lo indica, el agua mineral contiene minerales en su composición que va adquiriendo de los materiales que atraviesa mientras se mueve por la naturaleza. Recolectada de manantiales, como el agua mineral San Mateo o de fuentes subterráneas, este tipo de agua proviene de los glaciares o la lluvia y es filtrada naturalmente por rocas o arena. Al no tener contacto con tratamientos artificiales, es la más pura y saludable, con un sabor muy característico. Para hablar de los beneficios que el agua mineral tiene para el cuerpo, primero hay que evaluar el contenido de mineralización en su composición. Algunos de los minerales que van a determinar las propiedades del agua son sulfatos, cloruros, hierro o bicarbonatos, además de calcio, sodio, magnesio y potasio. Cuatro componentes que forman parte de cada botella San Mateo, agua mineral de manantial. Entonces, ¿qué tanto vale la pena tomar agua mineral? Te contamos: 1. Mejora la hidratación. Te deshidratas menos. Un estudio de la Universidad de Montana demostró que los minerales del agua ayudan a hidratarte más rápido. Los participantes evaluados tomaron menos agua durante el día, pero sus niveles de hidratación eran similares a quienes bebieron agua común. 2. Aumenta la performance deportiva. El Instituto de Investigación Agua y Salud, señala que los minerales como el sodio, el potasio y el magnesio, recuperan los electrolitos que perdemos al sudar. Esto potencia la capacidad deportiva durante el entrenamiento. 3. Cuida tu corazón. Sus componentes minerales tienen efectos muy positivos para la salud. “Estabilizan la membrana celular y la membrana del sistema nervioso central, mejoran el ritmo cardiaco y la presión arterial”, refiere el médico nutriólogo Gerardo Bouroncle. 4. Te protege de la hipertensión. Un estudio del Centro Superior de Investigaciones Científicas de España (CSIC), también señala que el agua mineral con gas regula la producción de la hormona aldosterona, generando que orines más y elimines el sodio extra que hay en tu cuerpo y que causa este mal. 5. Te activa. Otro estudio del Instituto de Investigación Agua y Salud afirma que el agua mineral, ayuda a la mejor hidratación y potencia los termorreguladores del cuerpo disminuyendo nuestra temperatura. A eso hay que sumarle que te harán sentir menos cansado, más alerta y de mejor humor ¿Convencido de sus bondades? Elige el mejor… San Mateo, por encima de todo :)

martes, 2 de enero de 2018

LIMA Y LOS REYES MAGOS: Una relación mas cercana de lo que parece

Como sabéis, este 5 de enero para poner un broche final a las Fiestas Navideñas, llegan de Oriente SS.MM. los Reyes Magos cargados de regalos. Lo que pocos saben es que existe una ciudad fundada en su honor en el continente americano que con el correr del tiempo ha perdido su nombre original. Era 1535 y el expedicionario español Francisco Pizarro luego de conquistar el Imperio de los Incas, decidió buscar un sitio adecuado para fundar la capital del Imperio ultramarino español, desechando la ciudad del Cuzco (capital incaica) por encontrarse en el interior de sus dominios, en la cordillera de los Andes, ya que deseaba que estuviera ubicada cerca al mar para comunicarse fácilmente con la Metrópoli. Conocida originalmente como la Ciudad de los Reyes, fue bautizada así por Francisco Pizarro el 18 de enero de 1535. Sin embargo, ese nombre no se debe precisamente a los monarcas españoles que reinaban en ese momento, sino que llamada así en honor a la Epifanía, fecha en la que los Reyes Magos habrían iniciado la búsqueda del recién nacido. El historiador Porfirio Sanz señala en su libro “Las ciudades en la América hispana: siglos XV al XVIII señala que “la explicación del mágico nombre se debe a que por las mismas fechas de enero estaban los españoles buscando un lugar para la fundación del emplazamiento de la nueva ciudad. Pizarro escoge, como lugar más apropiado para la ciudad, un lugar cerca de la costa, no lejos del santuario de Pachacamac, cerca del río Rímac”. Roxanne Cheesman, en su artículo “Los reyes ignorados” publicado en el 2015, señala: “Acostumbramos repetir que Lima es la Ciudad de los Reyes, asumiendo equivocadamente que tal título hace referencia a los soberanos españoles que reinaban al momento de fundar Pizarro la ciudad. Olvidamos así que los reyes aludidos en la fundación y el escudo son los tres reyes magos que, según el Evangelio (Mateo 2:1,2) y el Antiguo Testamento (Isaías 60:3 y 60:6), anunciaron el nacimiento del hijo de Dios”. Recuerda que la fundación de Lima ocurrió en días cercanos a la Epifanía. “Por ello, el escudo de Lima tiene sobre un fondo azul, que era el color de la lealtad, sus tres coronas unidas por los rayos de la estrella que los guió, custodiada por dos águilas igualmente coronadas. Pero Lima, desde sus inicios, extrañamente prefirió ignorar tal advocación. Ninguna iglesia se erigió en honor de sus reyes epónimos. Eso, a diferencia de la ciudad alemana de Colonia, donde se construyó desde 1248 y durante 600 años su extraordinaria catedral, para albergar los restos de los tres reyes magos que Federico Barbarroja trajo de Milán durante el saqueo de la ciudad. Lima, en cambio, no dedicó a los Reyes de Oriente una iglesia, plaza o calle. La Catedral por ejemplo, fue creada por Pizarro en honor a la Virgen de la Asunción y no a los Magos como debiera haber sido”, señaló Cheesman. Es mas, con el paso del tiempo, las tres veces coronada Ciudad de los Reyes perdería su nombre por el de Lima, como el nombre españolizado del valle donde se fundo en 1535. Mira que son desagradecidos, ya que si bien es cierto que conservan el escudo como símbolo de la ciudad, ya no se celebra el Día de Reyes con una gran Cabalgata como sucede en España, limitándose los Reyes montados a caballo (y no en camello como debiera ser) a dar una vuelta a la Plaza Mayor para depositar sus regalos al pie del pesebre levantado en el Ayuntamiento. Y fin de la historia. Venga ya, es una tradición que debería revivirse ¿no os parece? :) .
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