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martes, 25 de julio de 2017

VILCABAMBA: La última capital inca

Ubicado en el Cuzco, se encuentra el complejo arqueológico de Espíritu Pampa, el cual ha sido identificado como la antigua Vilcabamba, capital de los llamados incas de Vilcabamba entre los años 1536 y 1572 y fue el escenario del drama final de una civilización que se resistió a desaparecer ante el avance de la conquista española. Fundada en lo más profundo de la selva y considerada la ciudad perdida de los incas, fue quemada por su último soberano para evitar que cayera en manos de sus enemigos. En esta inexpugnable zona subtropical, los últimos descendientes de Manco Inca se resistieron a ser conquistados y formaron un gobierno autónomo que sobrevivió por 35 años. Para los arqueólogos e investigadores, Vilcabamba ha sido siempre un enigma, una especie de eslabón perdido que ha sido buscado con tesón para saber cómo era la vida en los días finales del Imperio. Como sabéis, luego de la muerte de Atahualpa y de la entrada de los españoles en el Cuzco, quienes la reconstruyeron al estilo europeo, un grupo de nobles incas se negó a aceptar su destino y partieron al exilio. Manco Inca, quien antes había colaborado con los españoles, se sublevó contra ellos en 1536 y se vio forzado a huir luego a una región montañosa conocida entonces como Vilcabamba. Las huestes rebeldes ocuparon primero la ciudad de Vitcos y, cuando esta fue atacada y saqueada por los españoles, escaparon hacia las partes altas de la montaña. Ahí levantaron diversos emplazamientos y sentaron las bases de un gobierno independiente que puso en jaque al poder español. Manco Inca logró salir victorioso en varios enfrentamientos, pero su suerte cambiaría alrededor de 1544. Entonces, Gonzalo Pizarro se había levantado contra el rey de España e iniciado una serie de asonadas en el Cuzco. Según cuentan los historiadores, uno de estos grupos de españoles sublevados llegó a ser acogido por Manco Inca en Vilcabamba. A pesar de los buenos tratos recibidos, los hombres terminarían conspirando contra el inca y tramando su asesinato. Titu Cusi Yupanqui era un niño cuando vio morir a su padre, quien fue atacado sorpresivamente con puñales y cuchillos (“Ellos eran siete y mi padre no tenía arma ninguna”, contaría después). En estas circunstancias, su hermano mayor, Sayri Túpac, tomó el poder y, a diferencia de su padre, buscó desde un inicio negociar con los españoles. Luego de conversaciones entre emisarios de ambos bandos se acordó una reunión entre el nuevo inca y el virrey en Lima. En octubre de 1557, Sayri Túpac salió de Vilcabamba con un gran séquito rumbo a la lejana capital del virreinato. Aquí se entrevistó con el virrey Andrés Hurtado de Mendoza y, luego de aceptar ser bautizado, le fue concedido el repartimiento de Yucay, unas tierras que antes habían pertenecido a su abuelo Huayna Cápac. El inca regresó triunfal al Cuzco, aunque este acuerdo no puso fin a las hostilidades. Las cosas se complicaron con su repentina muerte - tal vez envenenado - y las negociaciones volvieron a fojas cero. Su sucesor, el ya joven Titu Cusi Yupanqui, recibió en los siguientes cinco años a diversos emisarios para tratar de reanudar el diálogo. Uno de ellos, Rodríguez de Figueroa, contó que en las afueras de Vitcos pudo ver las cabezas descompuestas de los españoles que habían matado a Manco Inca. Finalmente, Titu Cusi Yupanqui aceptó también ser bautizado y llegó a autorizar la llegada de dos agustinos a Vilcabamba - los frailes Marcos García y Diego Ortiz- para levantar las primeras iglesias y catequizar a los nativos. Sin embargo, el choque de creencias echó más leña al fuego. El punto de quiebre se dio cuando García, Ortiz y algunos indígenas conversos incendiaron el adoratorio de Yurak Rumi. Y aunque el joven inca llegó a tiempo para restablecer el orden y salvar a los religiosos de ser asesinados, ya nada volvió a ser igual. Cuando visitaba la ciudad de Vitcos, Titu Cusi Yupanqui enfermó repentinamente y murió sin poder ser auxiliado por sus aliados españoles. Sus exaltados seguidores no solo dieron muerte al fraile Ortiz, sino también a un emisario enviado por el virrey Toledo para negociar la paz. Ahí se terminó todo acercamiento. A inicios de 1572 la corona organizó una gigantesca expedición militar - apoyada por las etnias de los Cañaris y Chachapoyas - para terminar con el último bastión de los incas. Antes de ser capturado y ejecutado en el Cuzco, el 24 de septiembre del mismo año, Túpac Amaru I, el último hijo de Manco Inca, ordenó quemar Vilcabamba. Así esta ciudad perdida entre las cumbres pasó a ser solo una leyenda. Cuando Hiram Bingham llegó al Cuzco en julio de 1911, buscaba la ciudad perdida de los incas. Según consigna en sus cuadernos de viaje, recorrió Vilcabamba, llamada ya Espíritu Pampa, y excavó cerca del adoratorio de Yurak Rumi, pero no le prestó atención. En su camino, se había topado con una ciudad majestuosa, escondida entre la maleza, que los lugareños llamaban Machu Picchu. Sin embargo, se tuvo que esperar recién hasta la década de 1970 para iniciar los estudios arqueológicos en esta región, sobre todo a partir de las expediciones del viajero Gene Savoy y del historiador John Hemming, quien demostró con archivos y documentos que efectivamente Espíritu Pampa era la antigua Vilcabamba. Tras las excavaciones en la zona en el 2008, 2009 y 2010, se consignaron diversos hallazgos en Vitcos, Yurak Rumi y en espacios denominados La Kallanca, el sector sureste y el núcleo monumental : 15 hectáreas de edificios, plataformas, canales y terrazas que apenas son unos puntos oscuros entre la maleza. En estos lugares, se destaca el patrón de construcción inca, pero llama la atención del hallazgo de tejas de origen español, lo que evidencia la fusión cultural hasta en un espacio de resistencia como Vilcabamba. Además, entre los cientos de fragmentos de cerámica recuperados, destaca la cantidad de cántaros destinados a la ‘producción masiva’ de chicha. Al parecer, los días duros de la guerra no fueron obstáculo para que los últimos incas libaran por sus antiguos dioses en busca de ese triunfo que por cierto, nunca llegó :(
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